8 de junio de 2022

Salud ocular: por qué no hay que frotarse los ojos

Frotarse los ojos es un hábito muy, muy malo... Muchos oftalmólogos están dando la voz de alarma y advirtiendo al público en general sobre un riesgo poco conocido: el queratocono. Esta deformación de la córnea puede provocar importantes problemas visuales. Explicaciones.

¿Por qué nos frotamos los ojos?

¿Quién no ha sentido esa irrefrenable necesidad de frotarse los párpados cuando el cansancio hace acto de presencia? ¿O en presencia de un fuerte viento? Este gesto, que hacemos sin darnos cuenta, es realmente útil. Permite distribuir las lágrimas en la superficie del ojo, así como evacuar las impurezas presentes. De hecho, es esta película lagrimal -secretada por las glándulas lagrimales- la que protege nuestras estructuras oculares de las agresiones externas, y la que permite a la córnea mantener un buen nivel de hidratación.

¿Es peligroso frotarse los ojos?

De hecho, hacerlo con demasiada frecuencia puede tener un impacto considerable en la salud ocular. Llevar las manos a los ojos puede propagar virus y bacterias, lo que puede tener repercusiones desafortunadas, como conjuntivitis o queratitis. Pero desde hace algún tiempo, algunos profesionales de la salud sospechan que esto puede aumentar el riesgo de queratocono. De hecho, muchos pacientes tratados por esta enfermedad degenerativa dicen que se frotan los ojos constantemente.

¿Qué es el queratocono?

Esta enfermedad ocular es el resultado de una deformación y adelgazamiento progresivos de la córnea. Los síntomas incluyen la reducción de la agudeza visual, la excesiva sensibilidad a la luz (fotofobia) y la irritación ocular. El problema del queratocono es que se instala insidiosamente sin que uno se dé cuenta al principio. Puede tardar meses o años en aparecer. Pero a largo plazo, provoca un deterioro irreversible de la visión, y entonces requiere el uso de lentes específicas, o incluso la cirugía para las formas más graves.

¿Cómo prevenir el queratocono?

Los especialistas recomiendan reducir al mínimo el roce de los ojos. Por supuesto, es posible tocar la esquina de los ojos para eliminar una impureza. Pero hay que evitar frotar los párpados con todos los dedos, o incluso con los puños cerrados, ya que las repercusiones en el ojo pueden ser importantes. Es aconsejable enseñar a los jóvenes a limitar este tipo de movimientos: por un lado, para reducir el riesgo de queratocono y, por otro, porque sus estructuras oculares aún no están maduras y, por tanto, son mucho más frágiles. En lugar de frotarse los ojos cada vez que sienta la necesidad, intente primero parpadear más. Este simple movimiento sirve para distribuir uniformemente las lágrimas y eliminar naturalmente los restos.