8 de junio de 2022

Luz azul: ¿cómo proteger los ojos?

¿Qué es la luz azul?

La luz azul es una parte del espectro luminoso con longitudes de onda entre 380 y 500 nanómetros. La emite el sol, pero también las fuentes de luz artificial, como las bombillas LED y las pantallas. Pero sólo una pequeña proporción de la luz azul es potencialmente peligrosa: las longitudes de onda azul-violeta. Esto se debe a que la energía que llega a la retina en el caso de la luz azul-violeta es mayor que en el caso de la luz turquesa, por ejemplo. Las pantallas emiten picos de luz azul, conocida como luz visible de alta energía (HEV), que es una fuente problemática de sobreexposición a este tipo de luz. Esto tiene consecuencias para las estructuras oculares de los usuarios, especialmente de los jóvenes, cuyas lentes no filtran tan bien estas longitudes de onda.

¿Cuáles son las consecuencias de la luz azul en los ojos?

Las investigaciones científicas han llegado a la conclusión de que la exposición prolongada a la radiación de luz azul o a la luz artificial HEV provoca daños fotoquímicos en la retina y el cristalino. Este es el caso de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una enfermedad ocular para la que se ha demostrado el efecto negativo de la luz azul-violeta. También se sospecha su implicación en el desarrollo de cataratas. Sin embargo, es importante señalar que algunas longitudes de onda de la luz azul -en particular la luz turquesa- también pueden tener efectos beneficiosos, especialmente en el equilibrio del reloj biológico y en el estado de ánimo.

¿Cómo protegerse de la luz azul?

En la actualidad, no existe una protección real contra los efectos nocivos de la luz azul, aunque se están explorando muchas vías de investigación. Sin embargo, se pueden aplicar filtros anti-luz azul a las pantallas. Sin embargo, siguen siendo infrautilizados, a pesar de que las autoridades sanitarias son cada vez más conscientes de este problema. Varias marcas también ofrecen lentes de fotoprotección selectiva. Con la ayuda de un tratamiento filtrante específico, estas gafas protegen los ojos de las longitudes de onda consideradas fototóxicas para la retina. Más concretamente, estas gafas filtran la luz azul-violeta, pero dejan pasar la luz turquesa, para preservar los efectos beneficiosos de esta última en la visión y en la regulación del reloj biológico interno. Aunque los primeros estudios in vitro sugieren que este tipo de gafas es realmente eficaz, ahora hay que comprobarlo y cuantificarlo en humanos.